lunes, 23 de enero de 2017

La felicidad a nuestro alcance, segundo escalón


 DIME LO QUE INGIERES Y TE DIRÉ EL ESTADO DE HUMOR  QUE TIENES.

De verdad te crees lo de las dietas milagro, esas que en veinte días ya tienes el cuerpo preparadísimo para lucir palmito en la playa, MENTIRA, NO HAY DIETAS MILAGRO, alguien por detrás de ellas quiere engordar su cuenta corriente a costa de la desesperanza de la gente.
 El Metabolismo basal es la cantidad de calorías que quemamos para realizar los esfuerzos a los que el organismo está acostumbrado, si el organismo detecta que empiezas a comer menos, el metabolismo basal baja, o sea, que el organismo empieza a quemar menos calorías de las que está quemando habitualmente y la dieta milagro que habíamos empezado tiene un efecto contrario al deseado. Al igual que el ejercicio físico extremo, ¿quién no conoce a alguien que sea deportista que no tenga una o varias lesiones?, EL EJERCICIO FÍSICO EXTREMO NO ES SALUDABLE, mejor andar durante una hora y hacer algunos estiramientos al aire libre que meterse en un gimnasio a levantar pesas.

En primer lugar vamos a revisar nuestra dieta, vamos a seguir comiendo como hasta ahora y vamos hacer una lista de los alimentos que comemos y cuantas veces los comemos en la semana, cuánto de carne, cuánto de pescado, cuánto de fruta, cuánto de legumbres, cuánto de lácteos, cuánto de AZÚCAR, ¿ por qué pongo azucar en mayúsculas? porque el azúcar es un veneno adictivo, es el veneno que está acarreando a la sociedad grandes problemas de salud, empezando por el más conocido como es el deterioro dental, y siguiendo por hambre descontrolada, sobrepeso, hígado graso, diabetes, cáncer de páncreas, insuficiencia renal crónica, malnutrición, gota y enfermedades cardiovasculares. En sí el azúcar no acarrea todos estos efectos perniciosos en la salud, el problema es que casi todos los alimentos que ingerimos contienen azúcar, por curiosidad, ve a la cocina y lee al azar algunas etiquetas de alimentos que pienses que no llevan azúcar y verás la sorpresa que te llevas. Esto me lleva al hilo para poner en práctica nuestro plan de mejorar nuestra alimentación y lucir un cuerpo sano, unas uñas y pelos fuertes y un mejor estado de ánimo.

Una vez hayamos tomado conciencia de la cantidad y calidad de nuestra dieta hasta el momento vamos hacer algunos cambios:
1. Vamos a tirar la freidora, sí la vamos a tirar o mejor, llevarla a algún punto de recogida de aparatos inservibles, además de ahorrar en electricidad y aceite vamos a terminar con una fuente de comida insana.
2. Por supuesto no vamos a comer más dulces, cuando se nos antoje algo dulce vamos a tomar fruta o una cucharadita de miel una vez al día, incluso un poco de chocolate de 70% u 80% de cacao.
3. Comeremos pescado por lo menos dos veces a la semana, una de ellas que sea pescado azul, caballa, sardinas, arenques, etc.
4. Se acabaron las comidas preelaboradas, tales como pizza o hamburguesas, si queremos comerlas las vamos a prepararlas nosotros mismos y no puede exceder de una vez al mes.
5. Adiós a todo tipo de refrescos, el agua es lo más saludable que se puede tomar, además hay que tomar agua suficiente para estar hidratados, no esperar a tener sed para beber, hay que beber mínimo un litro y medio de líquido al día pero sin obsesionarse, en este litro y medio entra todo lo líquido que ingerimos.
6. NO VAMOS A BEBER ALCOHOL,  y pasa como con todo hay que saber dónde termina el uso y empieza el abuso, y como el alcohol es tan adictivo no vamos a beber más, no vamos a coger borracheras, vamos a respetar a nuestro organismo sin castigarlo con el alcohol. No vamos a hacer una lista de los daños que el alcohol hace en el organismo porque... ¿quién no sabe que el alcohol destroza el hígado, o que produce daños irreversibles en el cerebro. No beber alcohol nos va a ayudar a encontrarnos a nosotros mismos, a dejar de ser cobardes escondiéndonos bajo sus efectos y sobre todo  y lo más importante vamos mejorar nuestra salud en general.
7. Las grasas son esenciales para el funcionamiento de las células y llegando la época de invierno el organismo nos pide tomarlas, pero ojo a la cantidad, porque si tenemos acumulada grasa en la barriga o el culo, no hace ninguna falta que estemos ingiriendo más grasas, que en lo único que se convierten una vez que hayan entrado en nuestro organismo, es en grasas, que pasan a formar parte de la reserva para posibles épocas de hambruna. 
8. La sal, ¿sabías que tenemos un mecanismo que nos hace buscar sal cuando la necesitamos? pues eso, que salar tanto nos destroza los riñones, estamos más dispuestos a tener infartos y retenemos líquidos. Así que la sal la justa.
 9. Frutas, verduras y frutos secos será el pan nuestro de cada día, son alimentos protectores contra enfermedades.

En definitiva, tenemos que escuchar a nuestro cuerpo no a nuestro estómago, educarlo, comer sin prisas y preparar nosotros mismos las comidas.

Estos son algunos de los alimentos que además de ser saludables y nos aportan nutrientes esenciales para tener un mejor estado de ánimo:  legumbres, espárragos, patatas, verduras, pescado azul, huevos, lácteos, cacao, frutos secos y frutas.

 Si queremos darnos un capricho de vez en cuando lo podremos hacer siempre recordando que en el equilibrio está la virtud.

lunes, 12 de diciembre de 2016

La felicidad a nuestro alcance Primer escalón

PRIMER ESCALÓN CONTROLAR LA FRUSTRACIÓN Y EL ESTRÉS.

Quién no se ha planteado alguna vez por qué hay personas felices y otras tan desgraciadas, y no necesariamente porque les falte o deje de faltarle cosas materiales, buena posición social, ser o no famoso, tener poder sobre otros o tener amontonado una cantidad ingente de dinero. El ser desgraciado o feliz es una cuestión de actitud, la vida es dura, venimos al mundo sin nada y necesitamos cubrirnos el cuerpo para no morir de frío, necesitamos ser cuidados por otros hasta alcanzar la madurez suficiente para sobrevivir por nosotros mismos, y una vez que lo conseguimos debemos trabajar para sustentarnos, tener cobijo y cuidar de nuestra prole si llegamos a aparearnos.

Entonces, si la vida es una continua lucha, para qué amargársela, ya es jodida como para jodérnosla más. Un cambio de actitud ante la vida hará que podamos arañarle algunos añitos y que podamos tener una vejez, sí vejez, o piensas que los viejos son sólo esos que andan por la calle, que los han puesto ahí y que son los mismos siempre, los viejos seremos nosotros algún día, incluso tú que estás leyendo este libro, pero... podrás ser un joven y viejo sano, o un joven y viejo enfermo y amargado, si mantienes una actitud ante la vida insana y poco positiva. Siempre hablando de positivismo realista, aunque la esperanza es lo último que se pierde, cuando algo es evidente no podemos pretender que de la nada aparezca el milagro, la actitud positiva ayuda, a no sufrir y desde esa base vamos a dar pasos hasta alcanzar la felicidad plena.

No vamos a sufrir, a partir de leer estas letras vamos a empezar a no sufrir, o mejor dicho, vamos a aprender a no sufrir, ¿cómo?, trabajando con nosotros mismos, vamos a observarnos durante unos días para detectar por qué cosas sufrimos, y digo sufrimos porque las cosas no son las que nos hacen sufrir, sino que nosotros elegimos sufrir y que hemos incluido en nuestro repertorio de comportamientos, así pues vamos a identificar lo que nos genera frustración, lo que nos hace enfadarnos o ponernos nerviosos y lo vamos a anotar en una libreta para poner un poco de orden.

La observación será al principio costosa porque sin darnos cuenta nos dejaremos llevar por las conductas que hemos venido haciendo toda nuestra vida y nos encontraremos enfadados, frustrados o nerviosos sin haber tenido tiempo a reaccionar y ni siquiera anotarlo, pero aún así, tendremos que rememorar y buscar la causa que nos produjo ese estado; como por ejemplo un vecino mal educado que tira las colillas por la ventana, un trabajo que intentamos hacer y no nos sale, un informe que tenemos que entregar y vemos que no nos da tiempo, unos niños que gritan bajo tu balcón y no te dejan dormir, un día de muchísimo calor, una avería en el coche, un atasco que nos hará llegar tarde a una cita o cualquier cosa que pase y que nos haya cambiado el humor.



Una vez que hayamos clarificado todas y cada una de las situaciones que nos causaron la frustración, vamos a hacernos otra pregunta ¿en qué me ayudó tomar esa actitud? ¿recogió el vecino las colillas que había tirado por la ventana al irritarme? ¿realicé el trabajo que no me salía enfadándome? ¿aligeré la realización del informe al estar preocupado? ¿acallé los gritos de los niños por ponerme nervioso? ¿bajé la temperatura del día por irritarme? etc, etc, etc. Y cuál es la respuesta, NO, claro, no conseguí revertir ninguna de las situaciones, todas continuaron estando tal cual estaban con el añadido que creé un mal ambiente para mí y para todos los que tenía alrededor, lo que hizo la situación más insoportable.

El estrés se produce ante una presión física, mental o emocional, el cuerpo libera hormonas de estrés que aumentan la presión arterial, aceleran el ritmo cardíaco y elevan las concentraciones de glucosa en sangre, este mecanismo es muy eficaz cuando nos encontramos ante una situación inesperada en la que está en peligro nuestra integridad y se disparará cuando las situaciones las percibamos como una amenaza contra nuestra persona, es un mecanismo que nos ha ayudado cuando vivíamos en la naturaleza conviviendo con animales salvajes, una respuesta así del organismo nos ayudaba a ponernos a salvo ante un peligro inesperado.

Hoy día el estrés se dispara ante situaciones inventadas por nosotros y las cuales en realidad no nos harían perder la vida y por lo tanto hay que ir regulando este mecanismo identificando las situaciones que nos ponen en tensión y que con el tiempo si esa tensión es sostenida nos va a producir problemas digestivos, urinarios, de fecundidad y nos va a debilitar el sistema inmunitario.

La clave, si llegas tarde qué se le va hacer, tampoco sabemos que será mejor y en que momento por llegar tarde a algún sitio nos libramos de algo que podría habernos arruinado la vida, y se me viene a la mente las personas que se pusieron tan furiosas al haber perdido un un avión, el cual terminó teniendo un accidente, o aquellas que perecieron por su obsesión de conseguir objetivos y que se mantenían en un constante estrés hasta que les dio un infarto. Pues así con todas las cosas, pase NO NOS VAMOS A PONER NERVIOSOS. Cómo lo vamos a conseguir, al principio saltará, es natural, y el enfado o el nerviosismo nos durará mucho tiempo, pero con el tiempo iremos recortando ese tiempo hasta volver al estado de antes de nerviosismo.

Vamos a elegir un momento en el que nos sentíamos relajados y alegres, lo vamos a visualizar en nuestra mente y sentirlo en nuestro cuerpo, este ejercicio lo realizaremos en una postura relajada, sentados o tumbados y haremos un ejercicio de respiración que consiste en inspirar aire por la nariz hacia los pulmones, lentamente durante cuatro segundos, mantener el aire en los pulmones durante siete segundos y expulsar el aire por la boca, alargando la salida durante ocho segundos, eso nos hará sentir más relajados, una vez que consigamos un nivel de relajación continuaremos con una respiración normal, visualizando y sintiendo ese estado de calma. Lo vamos a grabar en nuestra memoria, tendrá que estar listo para poder utilizarlo cuando se nos presente una nueva situación de estrés inventada.

Y nos ponemos en situación, hace calor, mucho calor, vamos al trabajo en el coche y no tenemos aire acondicionado, estamos en un atasco y llegamos tarde seguro, el conductor de un coche de detrás nos toca el claxon. Nos asalta el estrés, ya estamos nervioso, pero en nuestra libreta ya habíamos apuntado todas estas situaciones y las hemos ido superando gracias a que hemos estado trabajando el calor lo soportamos como podemos y no nos está afectando porque sabemos que en verano hace calor y no tenemos aire en el coche, los atascos en ese punto de la ciudad son frecuentes y por mucho que hemos cambiado de horario para llegar no hay forma de evitarlo y nos resignamos, incluso hemos hablado con nuestro empleador para explicarle que no hay forma de evitarlo y recuperamos el tiempo los días que llegamos tarde, pero el pitido insistente del conductor de detrás nos está envenenando la sangre, AQUÍ HAY QUE PONER EN PRÁCTICA LO APRENDIDO, esto nos tenemos que repetir antes de explotar y sacarle la mano por la ventana con el dedo corazón hacia arriba al conductor que nos está pitando, respiramos como lo hemos repetido en la tranquilidad de nuestro hogar, visualizamos el estado de calma que hemos grabado en nuestra mente y cuerpo, y lo sentiremos´experimentándolo en nuestro cuerpo. Las primeras situaciones, encontrar ese estado nos llevará algunos minutos, pero con la práctica se automatizará y podremos activarlo antes que sobrevenga el estrés o justo en el mismo instante que ocurra la situación, incluso sin tener que respirar. Una vez que nos hayamos en esa situación nos vamos a concentrar en nuestra respiración, la que tenemos sin forzarla, la observaremos, como entra el aire por la nariz y pasa a través de la laringe a los pulmones como se inflan éstos y se desinflan pasando el aire de nuevo buscando la salida por la boca o nariz, nos concentramos sin perder de vista la realidad de fuera, sin juzgarla, sólo aceptándola.